Nadie puede hacer
que amanezca...
pero sí puede estar despierto
para poder admirar un amanecer.
Ama al Señor tu Dios,
con todo tu corazón,
con toda tu alma,
con toda tu mente
y con todas tus fuerzas.
(Mc.12,30)
No el mucho saber
harta y satisface el alma,
sino el sentir y gustar
las cosas internamente.
(San Ignacio)
Dios ensancha el deseo,
con el deseo ensancha el alma
y ensanchándola la hace capaz
de recibir sus dones.
(San Agustín)
Toma Señor y recibe mi voluntad, memoria, entendimiento,
mi libertad, mi haber, mi poseer...
Tu me lo diste, a ti Señor lo torno, todo es tuyo dispón a voluntad. Dame tu amor y tu gracia que eso me basta, no pido más...
Fuiste creado para alabar,
hacer reverencia y servir
a Dios, nuestro Señor.
Usar las cosas con discreción
para que no sean obstáculo...
hacernos libres respecto
a las cosas creadas,
indiferentes a ellas...
Para poder desear y elegir
lo que más nos conduce
al fin para el cual fuimos creados.